HISTORIA DE LA ESCUELA
Historia de la Escuela Rural N.º 34
La historia de la Escuela Rural N.º 34 en Talas de Arapey comienza el 15 de abril de 1912. A las 10:00 de la mañana, la institución abrió sus puertas con solo cinco estudiantes: Joaquín Guimaraens, Ademar Guimaraens, Ignacio Arzuaga, María Luisa Arzuaga y Josefina Cuello. La primera docente, Magdalena Arzuaga, de carácter interino, realizó una evaluación diagnóstica para conocer el nivel de conocimiento de los alumnos y establecer las clases. Los estudiantes Joaquín y Ademar Guimaraens ingresaron provenientes de la Escuela N.º 14 de Guaviyú de Arapey, mientras que Ignacio y María Luisa Arzuaga llegaron de las Escuelas N.º 10 y 11 de Constitución, respectivamente.
Desde sus inicios, la escuela enfrentó desafíos como el bajo número de inscriptos. Para aumentar la matrícula, se solicitó apoyo al presidente de la subcomisión policial y vecinal. Las clases se impartían incluso los sábados, y se realizaban actividades especiales, como la conmemoración del Desembarco de los Treinta y Tres el 18 de abril de 1912.
En 1913, la escuela inscribió a Adelina Guimarães, y las clases se adaptaron a las festividades religiosas y cívicas. Durante el período de 1913 a 1917, la escuela experimentó fluctuaciones en su matrícula, lo que afectó las estadísticas anuales y el número de alumnos promovidos al siguiente curso.
En 1917, la dirección de la escuela fue asumida por la maestra María López. Sin embargo, su gestión estuvo marcada por la falta de documentación adecuada y la baja asistencia, lo que llevó a su suspensión. La situación se agravó en 1918, cuando la escuela fue trasladada a Zanja Honda de Itapebí bajo la dirección de la maestra Celina Cancela Viera, quien inauguró la nueva ubicación con 35 alumnos.
Entre 1919 y 1928, la escuela se enfrentó a numerosas dificultades, como epidemias de sarampión y gripe, que interrumpieron las clases en varias ocasiones. Durante este período, diferentes maestras se hicieron cargo de la dirección, cada una enfrentando los desafíos de la escasa asistencia y la falta de recursos.
La historia de la escuela refleja los retos de la educación rural en ese tiempo, donde la constancia de los maestros, la participación comunitaria y la colaboración policial eran fundamentales para el funcionamiento y la continuidad de la enseñanza. A lo largo de los años, la institución fue evolucionando, adaptándose a las necesidades de los alumnos y enfrentando las adversidades con dedicación y compromiso.


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